Algo por lo que siempre he pugnado, es por el reconocimiento de lo bien hecho por otros, aunque no sean de nuestras totales simpatías o aunque sean adversarios u opositores, y este es el caso de este video que me enviaron con el titulo antes expuesto, y aunque debo reconocer que Fernández Noroña no es santo de mi devoción, y no por no comulgar con muchas de las cosas que plantéa, sino por los metodos porriles, viscerares y nada exitosos con los que maneja su estrategia política.
Pero más alla de mis simpatías o antipatías por los protagonistas de nuestra política (más antipatía debo decirlo), el señor Fernández Noroña dice les suelta en el pleno a todos los diputados algunas verdades que (estoy seguro), a más de uno nos hubiese gustado decirles...
Juzguen pues ustedes mismos la reacción tan cínica de los diputados cuando les cantan las netas en la face...
Aunque piense que es usted un porro, ¡bien Señor Fernández Noroña por esta intervención!!!
Bueno, pues yo subí este vídeo en mi blog ya hace un par de meses; la diferencia es que acá en el tuyo lo verá mucha más gente (¡vaya, tienes casi 50 seguidores!). Y sí, estas son la clase de cosas que nunca veremos en la televisión, esa gran máquina mitómana que todo distorsiona y tergiversa; cuya labor de manipulación sobre la población es uno de los andamios sobre los que se edifica el control de las masas, desde donde se homogeneiza la opinión pública; ese medio electrónico que -sin exclusión- asesina neuronas.
ResponderEliminarConcluyo con lo siguiente. En el libro “Homo Videns. La Sociedad Teledirigida” Giovanni Sartori afirma:
“La democracia ha sido definida con frecuencia como un gobierno de opinión (por ejemplo, Dicey, 1914, y Lowell, 1926) y esta definición se adapta perfectamente a la aparición de la vídeo-política. Actualmente, el pueblo soberano «opina» sobre todo en función de cómo la televisión le induce a opinar. Y en el hecho de conducir la opinión, el poder de la imagen se coloca en el centro de todos los procesos de la política contemporánea.”
Asi es mi apreciable Eleutheria, antiguamente se requería habilidad en la oratoria para inducir a la chusma al desfiladero o realizar atrocidades o cristianisarse masivamente. Hoy solo se requiere cañonear con billete a Ricardo y a Emilio
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