Burocrácia, mamá de la corrupción y el pendejo de la semana

Hace muchos años, por allá por los años 80's, mi padre fue nombrado subdelegado en la delegación Tlahuac misma que encabezaba un repungnate y corrupto obeso llamado Homero Díaz Cordova .

La subdelegación que le asignaron tenía que ver con la supervisión de giros negros así como la emisión de permisos y licencias para abrir toda clase de negocios y para vender alcohol.

Siendo mi padre un hombre de una inquebrantable honestidad, no duro mucho en el puesto, pues al "delegado" le urgía empezar a recabar las cuotas que generaban los negocios establecidos así como los que generaban la expedición de licencias y permisos.

Quien conozca la delegación Tlahuac, sabrá que está literalmente "atascada" de toda clase de negocios que se dedican a toda clase de servicios, misceláneas con prostitutas que venden drogas, loncherias que venden alcohol por no mencionar la enorme cantidad de puterillos, cantinas, cantinuchas, bares y "table dances", además de una cantidad de clínicas, hospitales, consultorios operados por charlatanes que nunca terminaron la carrera de medicina, (como el "Dr" Rojo) e incluso por algunos que nunca la cursaron como el caso del "Moncho" que fingía acudir a clases en la facultad de medicina , pero como debía materias de la prepa, nunca logró entrar, sin embargo pasó el tiempo, su padre falleció convencido que era médico, su madre hasta la última vez que supe de ella, creía lo mismo, engaño a muchos excepto a los que sabíamos de su fraude.

Aprendió empíricamente a realizar algunos procedimientos, se le pegó a un cuate que estaba realizando su servicio social y la última vez que lo ví, me dió su tarjeta de presentación ya como médico cirujano (no dudo que haya legalizado su condición en "Santo Domingo") y tenía un trabajo formal en un sanatoriucho de quinta donde atendía partos y realizaba procedimientos quirúrgicos, hasta el día que le dejó la nariz como moco de guajolote a una chica (si señor, operaba cirugía plástica porque anduvo de ayudante con un plástico y medio aprendió algo y un día se avento solo), tras lo cual lo demandaron y tuvo que huir, después de esto, nunca volví a saber más de el...

Este recuerdo me viene a la mente a propósito de la algarabía (por llamarlo de alguna manera) que se ha desatado al rededor de la corrupción de los verificadores (antes llamados inspectores de mercados y vía pública), y ante lo sorprendido que se muestran todos al saber que el 100% de los negocios operan dando mordidas a los inspectores ¿a poco no lo sabían? ¡me hubieran preguntado!, yo lo sabía desde 1983, pero como siempre, hasta que le toca a una figura conocida es cuando empiezan el circo de la regularización.

Esta semana, en la junta vecinal, se nos dio la buena noticia de que habíamos ganado una demanda a la delegación para que se nos regularizara la toma de agua mediante el cambio de un sistema de tubería y llave de paso (porque no alcanza la presión para llenar la cisterna del edificio y tenemos un mes bañándonos a "jicarazos" comprando pipas que se supone debían ser gratuitas), pero la mala noticia era que teníamos dos maneras de hacer las cosas.

A) Por la vía legal, debíamos esperar de 6 a 8 meses para el cambio.

B) Si accedíamos a darle una "mordida" al señor que toma la decisión, el cambio lo realizaban en menos de tres días.

"Uta Madre", ¿pus así como quieren que se hagan las cosas legalmente?.

Y es que ella corrupción va de la mano con el fenómeno de la "burocracia"; tenemos una gran cantidad de parásitos que el gobierno emplea y que para justificar su estancia en las dependencias, se les tiene que inventar en muchas ocasiones, alguna ocupación, muchas de las cuales son inútiles pero justifican la permanencia del parásito, perdón burócrata en el puesto.

Al mantener tanta gente, los trámites tardan mucho tiempo para que se recaben todas las firmas necesarias, aunque mediante una corta feria, con la persona adecuada, el documento puede llegar a quien toma la decisión final en unos cuantos minutos o a lo más pocos días como el caso al que nos enfrentamos actualmente, o soltamos un billete de mordida, o nos seguimos bañando a jicarazos otros 8 meses...

De esta manera, vemos que la corrupción es producto de la burocracia extrema que padecemos, sin mencionar que cada que se modifica un reglamento o se establece una nueva norma (obstáculo) para realizar algún trámite u operar algún establecimiento lo único que se genera es que las mordidas aumenten de monto beneficiando a los "verificadores" a sus jefes y de ahí pa'arriba quien sabe hasta donde...

El punto es que si no das mordidas tienes que atenerte a que el aparato burocrático se digne dar trámite a tu petición y tomarte una pasciflorina para no matar a pinche vieja de la ventanilla que te dice "regrese el mes que entra a ver si ya sabemos algo"...

En resumen, la corrupción es la hija preferida de la burocracia, nescesaria para dar empleo a un montón de parásitos que no hay donde meter y cuya función es completamente prescindible, por lo que la formación de un grupo de verificadores del gobierno del DF para verificar a los verificadores de las delegaciones, es una idea extremadamente estúpida toda vez que lo único que hará será incrementar esta maldita burocracia y multiplicar la corrupción pues seguramente en nada cambiará la realidad y solo se aumentarán la cuota que pagan los establecimientos, pues habrá más extorcionadores, perdón verificadores...

Pero las palmas de la semana, se las lleva este grandisimo pendejo llamado ARIEL GOMEZ LEON quien dice haber dejado el audio abierto en una emisión de radio, al tiempo que despotricaba contra los negros haitianos porque le descontaron un billete de su "dieta" para ayudarlos sin avisarle.

El tipejo se negó a pedir una disculpa, argumentando que el es "cristiano" y que tuvo cáncer, finalizó a nombre de TODOS los mexicanos diciendo que "nos gusta hacer bromas de todo", por lo que por este medio le digo a este pedazo de estiércol, QUE NO ME INCLUYA EN SU LISTA...