El gobierno del miedo
Si el conjunto de los temores de la población pudiera reunirse en un indicador macroeconómico, el gobierno de Felipe Calderón podría exhibir urbi et orbi su gran logro –el único en tres años– en foros internacionales, spots televisivos y anuncios espectaculares: la multiplicación del miedo.
En las zonas del país que han tenido la desgracia de ser seleccionadas por el régimen espurio para exhibir músculo y determinación, la gente vive aterrorizada por el poderío de los càrteles, pero también por un “estado de derecho” que se expresa en cateos, arrestos, torturas y hechos peores, perpetrados sin orden judicial alguna, las más de las veces, en retenes y “controles” en los que no es fácil distinguir si el enemigo a vencer es el narco o la población civil, en un aparato policial y militar que actúa libre de escrúpulos legales y humanitarios.
En el devastado territorio de la economía se vive en la zozobra de perder del empleo, de enfrentar incrementos súbitos e imprevistos de precios, de padecer acosos hacendarios sin sentido ni justificación, de sufrir –bien lo saben los empresarios– peticiones de diezmos que se llaman mordidas en el recodo menos pensado de un trámite o autorización, de amanecer con la noticia de un nuevo endeudamiento colosal, de una devaluación sorpresiva.
Sobrellevamos el temor a que cualquier día nos roben la cartera, el coche, los recursos naturales de la nación, el derecho al libre tránsito, las conquistas laborales, la playa pública, el sentido de nuestro voto. Padecemos la presencia de un gobierno que se las da de honesto pero que, siempre que encuentra la oportunidad, echa un pedacito de país a los bolsillos de sus integrantes o a los de sus socios nacionales o foráneos.
El miedo principal, el que compartimos todos, es que llegue un momento en el que la realidad pase la factura a las autoridades que fabulan una nación tan plácida como inexistente, cuando el país se salga del cauce de funcionalidad mínima en el que se ha mantenido no gracias al gobierno sino a pesar de él, y en el que todo el catálogo de recursos coercitivos se vuelva insuficiente incluso para aparenta una normalidad televisiva.
Las actitudes oficiales indican que los más apanicados de todos son los que ocupan el aparato gubernamental. Sólo el miedo –el de los funcionarios, en este caso– puede explicar esa obsesión por sembrar el terror en el resto del país, entre amigos y enemigos, entre subordinados e insumisos. Quienes conforman el calderonato viven con miedo a su propia torpeza, con temor al ridículo, con pánico al futuro, con terror a la cólera del pueblo.
El sentido común indica que lo peor que se puede hacer ante un grupo de sujetos tan medrosos es dejarse intimidar por ellos. “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, formuló Liliana Felipe en una canción que es consigna y que ha resultado ser, además y sobre todo, un certero diagnóstico psicológico y político del gobierno espurio.
Publicado por Pedro Miguel en 6:38 AM 5 comentarios
Fuente: http://navegaciones.blogspot.com/
Probablemente la percepción de que Calderón le está haciendo el trabajo sucio a los gringos está más vigente ahora, pero en definitiva, esto ya estaba en circulación desde hace tiempo, sino, chequense esta nota de hace 6 meses que parece que es de hoy....
La "guerra" contra el narco vista desde Estados Unidos
Por Víctor Hernández
23 de Diciembre, 2008 - 10:59
En México la supuesta guerra contra el narco no ha dado resultado alguno. No ha disminuido el tráfico de drogas, ni el consumo, ni la violencia. Es más, la violencia y el consumo van en aumento.
El consuelo de algunos panistas respecto a este rotundo fracaso ha sido decir "ah, pero mira como ha aumentado el precio de la droga en Estados Unidos." Pero con eso lo que nos están diciendo es que se están usando recursos (y sangre) de los mexicanos para resolver un problema de otro país. Y "resolver" entre comillas porque el que suban los precios de las drogas en Estados Unidos no se traduce en un menor consumo.
Al margen de cuestiones de precios, en Estados Unidos no parecen estar muy contentos con el resultado de la guerra que inició Felipe Calderón contra el narco para tratar de legitimar su fraude electoral. Hace poco más de una semana la revista Forbes anunció en su portada "el siguiente desastre" en México por la violencia del narco. Uno de los datos que publicaron fue el hecho de que en Estados Unidos el gobierno ya está más preocupado por la violencia del narco en México que por Irak y Afganistán.
Eso que publicó Forbes fue un dato de un experto en seguridad de Estados Unidos. No mencionó nombres de quienes estaban preocupados por la violencia en México. Pero ahora la cosa cambió. Porque quien acaba de decir con todas sus letras que Obama tendrá que lidiar con el narco mexicano es George W. Bush. Lo dijo en una entrevista al Washington Times. Lo dijo, en realidad a manera de indirecta. Su verdadera intención era decirle a Obama que no mandara a volar a Álvaro Uribe y a Felipe Calderón, quienes fueron sus fieles perros falderos. Pero si Bush se colgó del tema del narco Mexicano es porque sabe que ante la opinión pública ese es un tema que causa preocupación. Así funcionan los políticos en Estados Unidos. Sólo hablan de lo que genera rating porque es un tema en boca de todo el mundo.
La implicación de esto es muy seria. Quiere decir que en Estados Unidos no ven una mejora en el problema del narco como resultado de la "guerra" de Calderón. Al contrario; ven un deterioro que ya les va a afectar a ellos de manera negativa. ¿Por qué la necedad entonces de seguir con una guerra absolutamente inútil y contraproducente?
Peor: la realidad de la guerra contra el narco se ha limitado a circos mediáticos que pretenden hacerle creer a la gente que se está haciendo algo pero que en realidad no resuelve nada. Al inicio de la disque guerra fueron sendos los reportajes de los operativos anti-narco y los spots del gobierno para hacerle creer a la gente que de verdad se estaba combatiendo al narco. Dos años después el narco decapita a 8 militares y le advierte al gobierno que por cada uno que le maten, ellos les van a matar 10.
¿Cuál fue la respuesta de Calderón? Ninguna. El día que se dieron a conocer las 8 decapitaciones Calderón estaba en Campeche reunido con la familia de Mouriño. No dijo nada hasta la tarde del día siguiente. Y hasta el día siguiente después de eso nos encontramos con esta payasada
que sale en El Universal: "van por aire y tierra contra los asesinos." Más que una nota suena como a comercial de alguna película de los Hermanos Almada o de Valentín Trujillo. Es decir, más circo mediático.Calderón y los medios que le hacen coro podrán hacer todo el circo que quieran, pero eso no resuelve el problema. El verdadero problema es que Calderón inició una guerra inútil contra el narco para tratar de legitimar su fraude electoral. Y ahora el resultado neto es que ha aumentado la violencia y la inseguridad, pero el narco sigue intacto. ¿Hasta cuando se va a prestar el ejército para seguir solapando esta necedad? ¿Hasta que los propios soldados empiecen a protestar como lo hicieron los soldados en Vietnam y en Irak?
Si Guillermo Galván quiere hundir más al ejército en el juicio de la historia, de verdad que lo está logrando.
Pues a seis meses de diferencia, esta nota tomada de http://sdpnoticias.com/ parece no haber perdido vigencia y podría decir que incluso lo es más ahora.
El combate al narco ha disparado los secuestros (pues al verse las finanzas de los narcotraficantes minadas estos buscan otras maneras de hacerse de recursos), también ha provocado que estos delincuentes incursionen en otras actividades que anteriormente dejaban a la delincuencia común como la extorsión, el robo de vehículos y autopartes, la venta de protección, etc. El combate al Narcotráfico involucra a esta delincuencia especializada (que solo afectaba a los directos involucrados en la venta y comsumo) con la población civil, la ordinaria afectandonos de manera directa ahora, a quienes antes no teníamos nada que ver con el tema.
Está muy preocupado por que la droga no llegue a "nuestros hijos", pero no le preocupan los 48 niños quemados en Sonora, ni los miles de niños de la calle esos que viven en las coladeras y se drogan con thiner, no le preocupan los desaparecidos de casitas del sur, los niños indigenas desnutridos, los niños sin clases de Oaxaca, ¿a los hijos de quien se referirá?
Pero aún suponiendo que los motívos de Calderón sean autenticamente: el bienestar de las familias y para que los niños de hoy puedan ser ciudadanos libres y sin miedo mañana, sigo sin entender una estrategia tan centrada en un solo tema (antes de la "guerra" contra el Narco la gente estaba más preocupada por conseguir trabajo que por las actividades de la Familia Michoacana) dejando a la población a la deriva y sin atender las causas que dán orígen a todas las vertientes de la delincuencia, el desempleo, la falta de espacios educativos, la imposibilidad de abrir una empresa sin que Hacienda te despedace, la corrupción, pero sobre todo, la impunidad....
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