El presidente de México, Felipe Calderón.
Víctor Lomelí
La Presidencia de Felipe Calderón agoniza. A la escandalosa cifra de muertos por la lucha anticrimen habrá que sumarle los 2.4 millones de desempleados, los 14 millones de trabajadores informales y los 6.5 millones de mexicanos en pobreza alimentaria.
Mientras el gobierno se cuelga el récord de más de 15.5 millones de empleos ante el IMSS, otros 28 millones de mexicanos ahora ganan menos por su trabajo que al inicio del sexenio.
Peor aún, los poco más 13 pesos que aumentó el salario mínimo durante el segundo mandato panista se vieron rebasados por incrementos en los precios de productos como aceite, huevo, leche y tortilla, cuyo costo por kilogramo ronda los 12 pesos; el doble que hace 6 años.
Claro está, además de los gasolinazos, el incremento al IVA y demás gravámenes como el IETU y el IDE.
“¿Qué significa que haya bajos salarios? Que no hay consumo. Y si no hay consumo, no hay actividad económica. Y si no hay actividad económica, no hay crecimiento”, explica Genoveva Roldán, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Pese a que el ‘catarrito’ del 2008-2009 costó a México casi 910,000 empleos (según la OIT) y sumó a 3 millones en pobreza, las autoridades financieras insisten en la solidez de la economía mexicana. A decir de los expertos, la salud fiscal es cuestionable cuando se ve una evolución de la deuda neta y una franca reducción de las reservas petroleras.
PIB: entre los peores de la historia
Marcado por el desplome de 6.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2009, el desempeño económico de México durante los últimos 6 años ha quedado a deber.
Aún si se cumpliera el pronóstico de 4.0% en 2012, el sexenio de Calderón se ubicaría entre los mandatos con menor crecimiento en la historia moderna del país, 1.91% en promedio, sólo arriba de la administración de Miguel de la Madrid (0.81%) y por debajo del sexenio de Vicente Fox (2.32%).
“Estamos hablando de más de tres décadas donde la economía mexicana ha mostrado un crecimiento bastante bajo. Se habla de que en este tiempo el PIB ha crecido apenas encima de 2%”, dice Roldán.
“El sexenio de Calderón ha mantenido una tasa de crecimiento media. No ha logrado despuntar como necesita el país”, comenta, por su parte, Enrique Cárdenas, director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
No obstante, el especialista coincide con lo dicho por las autoridades al destacar que, a pesar del impacto de la crisis, la estabilidad macroeconómica se mantiene.
“Se nos dice también que han crecido las reservas internacionales, las exportaciones y todo un conjunto de variables que hablan de la fortaleza de México; sin embargo, no se alude a que el PIB no ha crecido”, revira la especialista de la UNAM.
Estabilidad en duda
Y aunque en teoría los fundamentos refieren una estabilidad económica, en la práctica la salud financiera del país se acerca a un punto sin retorno. Mientras que las reservas probadas de hidrocarburos muestran un claro descenso, la deuda neta del sector público (interna y externa) casi se triplicó hasta alcanzar 30% del PIB.
La solidez económica que presume el gobierno es cuestionable toda vez que el “equilibrio financiero” se sustenta en la explotación de la riqueza nacional sin visión de futuro.
“Estamos erosionando el patrimonio nacional. Eso no es una buena señal, ni de este sexenio ni de los previos… Nos estamos comiendo el patrimonio del país. Es como si estuviéramos vendiendo cada día un ladrillo de nuestra casa para poder comprar pan y comida”, apunta Enrique Cárdenas.
La problemática no es nueva. Basta recordar que al menos la tercera parte del gasto se debe a ingresos petroleros: 33.7% en 2011, y que “lo recaudado vía endeudamiento y renta petrolera se destina al gasto corriente y no a producir más bienes”.
“No podemos permitir que la deuda siga creciendo de la manera en como lo hizo en este sexenio… Ya deberíamos haber aprendido que no es a través de esos mecanismos de endeudamiento como el país esté planteándose en crecer”, advierte la catedrática de la UNAM.
Asistencialismo mortal
Uno de los problemas más grandes que arrastró este sexenio es el notorio incremento del déficit en las finanzas públicas derivado de compromisos adquiridos en materia de política social. La implementación y crecimiento de programas como Oportunidades (6.5 millones) y el Seguro Popular (49.2 millones) ha generado una carga fiscal para la cual no alcanzan los recursos.
“Nosotros elevamos de 423 en 2005 a casi 800 pesos al mes promedio por familia e incrementamos becas a nivel secundaria y prepa. De tal manera que hay familias de ‘Oportunidades’ que reciben ahora casi 3,000 pesos al mes”, expuso el presidente Calderón en la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer de mayo pasado.
No es que esté mal que el gobierno adquiera responsabilidades con la gente más desprotegida, si no la falta de una partida tributaria clara de dónde provengan esos recursos, opina Enrique Cárdenas. “Se ha caído en una especie de trampa en donde de estas cosas no se habla mucho”, comenta.
Los pobres del sexenio
En materia de combate a la pobreza el saldo es negativo. Durante la administración calderonista el número de mexicanos cuyos ingresos resultaron insuficientes para afrontar sus necesidades básicas y de satisfacción (pobreza patrimonial) pasó de 45.5 millones a 57.7 millones, mientras que casi 6.5 millones se sumaron a los mexicanos con dificultad para adquirir la canasta básica.
En su defensa, el presidente Felipe Calderón resalta que gracias a las políticas anticíclicas, la crisis financiera del 2008-2009 afectó mínimamente a los más desprotegidos, lo que contrasta con lo sucedido en el sexenio de Ernesto Zedillo.
“Para una crisis así es esperable que la pobreza extrema se disparé… La pobreza extrema entre 1994 y 1996 aumentó de 21.2% a 37.4%… (Mientras que) entre 2008 y 2010, la variación es mínima; son cuatro décimas de diferencia”, dijo Calderón ante los Consejeros de BBVA Bancomer.
Sin embargo, después de la crisis zedillista la pobreza en México observó una tendencia a la baja, terminando con un saldo de 4.7 millones de mexicanos en situación de pobreza alimentaria, contrario al ritmo del actual sexenio donde se espera alcanzar los 60 millones de “pobres por ingreso”.
A modo de minimizar el avance, el mandatario federal aduce que de medirse la pobreza extrema con enfoque multidimensional (pondera tanto el poder adquisitivo de las familias como su capacidad para acceder a servicios básicos como educación, vivienda, seguridad social, etc.) la pobreza en México “no solo no aumentó durante la crisis, sino que incluso se redujo porcentualmente”.
Aunque mal paguen
La generación de empleos y la precarización del salario son de las cuestiones más criticadas durante el sexenio del presidente que en campaña prometió un millón de empleos anuales.
El avance mostrado en el número de plazas de diciembre de 2006 al primer trimestre de 2012, resulta insuficiente ante el aumento del desempleo. Durante ese lapso, el número de desocupados subió de 1.6 a 2.4 millones, un brinco de 34.5%, mientras que la población ocupada creció en razón de 9.1% al pasar de 42.8 a 47.1 millones.
Más aún, del universo de trabajadores actuales, poco más de 15.5 millones, están inscritos en el IMSS, mientras que alrededor de 30% de la población ocupada laboran en el sector informal.
“La economía informal es un cáncer para cualquier país. Ningún país se puede sostener a la larga si existe una subterránea y si no hay aportación fiscal. No es posible que en un país donde 40 y tantos millones de personas están en posibilidad de trabajar, solo tengamos 15 millones en el seguro social”, comenta Thierry Gonnet, director general de Adecco México.
Pero “no es nada más el déficit de empleos, sino la precariedad de los que se están generando. Casi alrededor de 60% de los empleos que se han generado, son precarios. No llegan a los tres salarios mínimos”, dice Genoveva Roldán.
Lo dicho por la especialista de la UNAM concuerda con lo observado entre 2006 y 2012, ya que mientras las plazas con mejores salarios disminuyeron, aquellas con menor remuneración se incrementaron significativamente.
Es claro que el modelo económico instrumentado en las últimas décadas muestra un franco divorcio entre las políticas públicas y el desarrollo económico, dice Alfredo Neme, director para América de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas. “Aproximadamente 500 ‘changarros’ cierran en el país a la semana y diario están abandonando el campo más de mil personas.”
Domingo, 01 de Julio de 2012 21:00
Redactor: Genaro Mejía
Tomado de : http://www.elfinanciero.com.mx/item/27530/26
Poco se puede agregar a tan magistral resumen de hechos, acaso observar en la necedad de Calderón en convencernos a través de sus enervartes, estúpidos y repetitivos promocionales sobre "El Gobierno del Presidente de la República" de que la estrategia, los programas y en general las decisiones tomadas por este señor cuyo nombre no se atreven a mencionar en los comerciales, (quizá con la intención de darle cierta autoridad) han sido las más adecuadas y que tenemos mucho que agradecerle ( y repiten la recuperación de parque donde ahora ensayan los grupos de Rock o las obras teatrales).
Ya terminadas las campañas políticas, ahora tenemos que soplarnos nuevamente los comerciales idiotas sobre los logros "pírricos " el gobierno Calderonista ¿que aun no les cae el veinte de los que pensamos de el y de su gobierno?, ¿Es que aun no comprende que la gente repudia profundamente su estrategia y que por eso perdieron las elecciones?.
No, seguro el "señor seguirá pensando que salvó a México de las manos de los corruptos, sin querer ver que lo que hizo fue darnos en toda la madre, que el SI resultó ser un peligro para México y que, aunque hinchado de de dinero, se tendrá que ir a su casa para no volver jamás a ser electo por este pueblo que en mucho se arrepiente de haberle dado la riendas del país...
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